SecuenciaSonar


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C O M U N I C A D O


A mi querido público de lectores y amigos todos, con este pequeño aviso, quisiera por favor que me disculpen pero por motivos estrictamente de tiempo y trabajo que lo necesitaría para terminar y concentrarme sólo en mi segunda novela, en mi blog Flujanz ya no publicaría más artículos ni trabajos literarios hasta durante un tiempo o mejor dicho nuevo aviso. Salvo las producciones musicales y vídeo-clips de SecuenciaSonar, que sí las seguiría divulgando y actualizando cada cierto tiempo en este mismo espacio, así como también en el siguiente link, www.reverbnation.com/secuenciasonar. Por otro lado, no se preocupen que, para todos mis amigos en Facebook y Twitter, seguiré también escribiéndoles como siempre.

En ese sentido, a todos mis fieles seguidores, amigos, lectores y conocidos todos, les pediría que durante este tiempo de ausencia tuvieran también algo de paciencia, que pronto, muy pronto estaría, como siempre, yo y mi excéntrico personaje Flujanz de nuevo con ustedes para seguir deleitando (a unos) o quizá aturdiendo (a otros) con más escritos y ocurrencias mías. Y, bueno, lo fundamental, de paso también ofrecerles, después de mi primera novela ¿Por qué a mí? que ya ha sido publicada también en dos ediciones (2003 y 2008, respectivamente), mi otro gran segundo intento de ficción literaria o, si quieren, llamémoslo una otra historia de esas entripadas mías.


FREDERIC LUJÁN ZEISLER


Alemania, miércoles, 20 de marzo de 2013

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Sunday, March 01, 2009

¡Me cago... qué crisis ni qué crisis!


Sentados cómodamente en el salón de un hotel, el director de un renombrado diario económico procede a entrevistar a Flujanz, para ello le lanza la primera pregunta de rigor:

“¿Y díganos, profesor Flujanz, qué opina usted a cerca de la crisis económica y financiera a escala mundial?”




Flujanz se ríe, mira hacia arriba, hacia abajo, a los costados, luego se jala la gorra, se acomoda los lentes oscuros como para que no le vean esos ojos inyectados por el porro de marihuana que se fumó hace media hora y le dice:

“¿Crisis? ¿Cuál crisis?... Mire, señor, aquí la única crisis es la del Midlife que sufro yo, usted, y todos los que ya han pasado la barrera del medio siglo, y nada más. ¿No sé si me entiende?... La cosa es bien sencilla de explicar: lo que pasa es que a nuestra edad queremos seguir actuando como si tuviéramos treinta, y es en ese instante cuando empezamos con nuestras majaderías de que por qué no me veo así o asá, o me gustaría esto o lo otro, y comenzamos tontamente a generar excesos y más excesos, hasta que ¡BUM!... Ya no entra ni sale nada y se desparrama toda la mierda, pues. ¿No sé si me explico? ...”

“¿Pero, profesor Flujanz, qué tiene que ver esto con la crisis financiera y la recesión a escala mundial?”

“Elemental, pues. Es que nosotros y el ser humano en general estamos insatisfechos mayormente con todo lo que hacemos y somos, por eso que con el afán de cubrir ese vacío se nos da también por consumir sólo cojudeces que en verdad no necesitamos. Toda esta psicosis que se vive ahora es igual que la de un “onanero” que machuca siempre a su muñeca de plástico, con tal de satisfacer sólo sus imaginaciones. ¿No sé si estoy siendo ahora más claro? ...”

El periodista se rasca la cabeza, tratando de buscar un punto coincidencia, pero nada, no entiende.

“Este, usted disculpe pero la verdad es que aún no le entiendo. ¿Cómo es eso, a ver, explíquese mejor?...”

“¡Caramba! Usted sí que es bien testa dura para entender, no. Me explico de esta otra manera: lo que pasa, y por favor no quiero esteriotipar, pero a los hombres a nuestra edad en general se les da casi siempre por ostentar poder y comienzan con sus masturbaciones de grandeza, comprándose carros cada vez más veloces, casas con piso de mármol y despilfarran tontamente su dinero en cosas suntuarias; aparte, claro, de llenarse también el buche en restaurantes de lujo y dormir en pomposos hoteles con una u otra querida que tiene por ahí escondida. Las mujeres, en cambio, son algo más refinadas, se les da por pintarrajearse la cara con toneladas de cosméticos (¡Carajo, que hasta parecen esas vírgenes guerreras del Amazonas!), o ponerse vestiditos de moda, o transplantarse plástico en las tetas para aparentar como quinceañeras y así tal vez les ligue un date con cualquier chibolo o estudiante de 25 años que encuentran por ahí. ¿No sé si ahora he sido un poco más claro, señor director?”

“Este, bueno, sí... un poco.”




Flujanz, impaciente como es, se para y se vuelve a sentar como si estuviera en su casa, y abre una bolsa de papitas fritas (costumbre que tiene cada vez que lo invitan a entrevistas) y sin ofrecerle siquiera a su interlocutor, se las devora de un porrazo todas y le habla mascullando:

“¿Un poco?... Caramba, ¿en qué idioma quiere entonces que le hable? Lo que pasa que ustedes los periodistas todo lo quieren masticadito y a su manera. Yo soy directo y pragmático, señor. Y a mí se me viene el vómito cuando me obligan a explicar las cosas con palabras rebuscadas, como estanflación, deflación, inflación, burbuja inmobiliaria, hipotecas subprime, paquetes de ayuda coyuntural, valores bursátiles, Bad Bank, efecto Jazz, Tequila, Caipirinha, y sabe Dios que otras cojudeces más. Este, usted disculpe...”



En ese momento, no sé si por la conversación, el porro de marihuana o las papitas fritas, pero igual, le vienen como arcadas a Flujanz y se tapa la boca con un pañuelo. El periodista al verlo así, nauseabundo, le dice muy preocupado:

“¡Profesor Flujanz, qué tiene!... ¿Se siente mal?”




Flujanz escupe un líquido amarillento en el pañuelo y, así mojado como está, se lo mete de nuevo al bolsillo, y le contesta como si nada hubiera pasado:

“Listo. No, no es nada. Ya me siento algo mejor... Mire, mister, la situación es bien sencilla: en este mundo de más seis mil millones de “onaneros” insatisfechos y golosos se consume en verdad mucho más de lo que en verdad se debería consumir, esa es la razón de todo. Por eso la gente se endeuda también hasta la coronilla con tal de hacer realidad todas su fantasías y encima se comparan tontamente con los demás, como diciendo: “Mira, compadre, yo tengo una casa con piscina y caballos y a mis hijos los tengo también en la Universidad de Oxford, y todavía bien vestiditos con su saco y corbata, ya... ¿Algún problema?” El hombre es un materialista compulsivo de primera. Aquí en Alemania y creo que también en cualquier otro país industrializado como Estados Unidos, Inglaterra o Francia, por ejemplo, ¿para qué se necesita producir tantos automóviles? Si con los buses, trenes, tranvías, y hasta con las bicicletas o en patines nos podríamos movilizar igualito. O cuando uno va a un supermercado para comprar una simple sopita en bolsa, uno se tiene que quedar como una hora frente a los estantes, mirando como retrasado mental, ya que por cada cosa que te has propuesto comprar te encuentras por lo menos con cincuenta productos diferentes o similares. Lo mismo sucede en las tiendas especializadas de muebles, artefactos eléctricos, tienda de perfumes, boutiques, casas de moda, y en fin, cualquier local o sitio en donde uno pueda ir a comprarse algo. ¿Y todo gracias a quién?... Nada más que a los codiciosos esos de los empresarios, que cada vez buscan expandirse más y más con sus productos, simplemente por querer demostrar que ellos pueden dominar los mercados y de paso llenarse cada vez más los bolsillos. Para qué entonces nos preocupamos tanto por la crisis, si hoy ya todo está estreñido por no decir saturado, señor, no entra ni sale nada. Un buen supositorio en el culo es lo que deberían de meterse, a ver si les sale también toda esa mierda que tienen atorada...”



Flujanz, como para calmarse un poco, toma un sorbo de una botellita de licor de hierbas que siempre trae consigo.

“¡Mmm, qué rico está este licorcito, mister!... Es que hay que enjuagar pues siempre el paladar con algo, señor. Este, bueno, ¿en dónde estábamos?... ¡Ah, sí, ya me acordé! Hoy en día, para mí el problema central no es la crisis financiera ni económica, sino ese descontento y gula que tiene todo el mundo por tener cada vez más, ya que nada les parece suficiente, señor. El negro quiere ser blanco y el blanco negro, o el flaco gordo y el gordo flaco. Así de sencilla está la cosa. El mismo problema lo tiene en la familia, en el trabajo, y hasta con la profesión que sea. El colapso, o lo que usted menciona como crisis económica, aparece más bien cuando el consumidor (el único y principal culpable en este fatal desenlace) encima ya no le puede devolver también el dinero a los prestamistas, vale decir, a esos bancos o instituciones financieras, y que prefiero llamarlos sanguijuelas, ya que no hacen más que aprovecharse vilmente del dinero de otros, invirtiéndolo en compras de otros bienes, y así obtener ávidamente mejores márgenes de ganancias. Sí, así es... y digo ávidamente porque éstos hijos de puta no se contentan con ganarse alguito en dos ni en cinco años. ¡No qué va!... Sino más bien millones en tres a seis meses, y rapidito nomás, por favor, ya que también hay que mandarlos al toque a Suiza o Liechtenstein. Las empresas, como unidades productoras, se aprovechan de nosotros (los cojudos consumidores) para lavarnos también el cerebro con sus estrategias publicitarias, y así pues caer estúpidamente en su trampa y comprarles todo lo que nos ofrecen, hasta basura en lata, o esa comida sintética fast food de marca americana; los empresarios buscan que el consumidor arrase con cualquier producto nuevo que aparece en los autoservicios o centros comerciales. Sin ir muy lejos, mi primo Chacho, a quien con cariño prefiero llamarlo mejor Chancho, ya que es una sola masa de carne y grasa, en vez de alimentarse normalmente con verdurita y plátano, como lo harían nuestros ancestros los monos, prefiere mil veces ir a un McDonald y llenarse los intestinos con hamburguesas y esas comidas de carne artificial. ¡Qué horror, no! Imagínese, hoy, el pobre tiene tanta grasa en su cuerpo que, ni la carpa de lona que yo uso para salir de campamento, le alcanza siquiera para cubrirle como bata semejante organismo. ¡Ah, sí!...¿Y qué me dice también sobre toda esa ropa y vestiditos que nos ponemos de esos modistas amanerados que se les churretea el culo, sólo para lucirnos y nada más? La luxus lady de mi mujer, por ejemplo, es una de ellas. Un día que estuvimos paseando en un centro comercial por Frankfurt, ella toda cariñosa se me acercó y con su mirada de mujer que sabe siempre lo que quiere, me dijo: “Ay, mi amor, ¿no crees que esta linda cartera de cuero de lagarto Armani se vería también linda con este par de zapatos amarillos Coco Chanel que me acabo de comprar?” Lógicamente casi le digo: “¿Cartera?... Tú estás loca, mujer, ¿a quién quieres impresionar? Pero si ésta sería la décima bolsa de cuero que te compras en dos meses, aparte, claro, de los cien pares de zapatos que ya tienes en el closet...”



Flujanz saca su sexta botellita y se la toma al hilo, casi sin respirar. Luego, ya casi con los ojos bizcos, Flujanz saborea el líquido, mira el envase y le comenta al señor periodista, digamos, que ya más relajado:

“¡Caracho, mire usted!... ¿La verdad que no sé de que material hacen el envase de estas botellitas que, caramba, el contenido se conserva siempre muy bien?... ¡Mmm, está buenazo! Este, bueno.... como le decía, por otro lado, y aquí creo que tampoco me quedo corto, estamos también acostumbrados en tener un televisor para cada cuarto (por si acaso, él de las empleadas domésticas es aparte);radios estéreo con ecualizador y power blaster en el baño, como si al cagar con música la evacuación fuera también más placentera, habría que preguntarles más bien qué música escuchan cuando se les viene una de esas diarreas agudas, ¿quizás una de Haevy Metal?; computadoras multifuncionales y todos esos cachivaches con nomenclaturas en inglés que no los entiende pero ni un puta, como: MP3 Player con iPod, iphone, Digital-Camera DSC-W80HDPR, DVDx ultra digital DTS, teléfono celular touchscreen TMC, y cosas por el estilo. Y como si todo esto fuera poco, hasta con los estudios y capacitación profesional somos unos exagerados: ingenieros en composición con medios electroacústicos, en automatización y control industrial, telemática, informática, telecomunicación, bioingeniería, nano técnica, ciencias del ambiente, ingeniería de alimentos, de económica, etcétera. Como verá, ya todo se ha especializado, o sea, nos hemos llenado más que de súper genios y cerebros de unos buenos para nada; cuando en verdad lo que necesitamos es bajar de las nubes y pisar más la realidad como los naturistas que sí saben hacer de todo un poco, y aprenden más bien a vivir sólo con lo que la Señora Naturaleza nos provee. ¡Me cago... qué crisis ni qué crisis!”

“Pero seguro que usted se está refiriendo solamente a una minoría, la pudiente y la que puede comprar de todo. No hay que olvidar que casi las dos terceras partes de la población mundial vive en la pobreza, aunque asuste decirlo extrema.”

“Sí, efectivamente y a eso quiero llegar. Gracias a esa tercera parte de consumidores trogloditas es que se arrasa también con el resto de las reservas que en verdad sirven para alimentar a poblaciones como África y Latinoamérica, por ejemplo. Como siga esta situación de despilfarro les juro que ya ni el Diosito de arriba nos salvará, y nos quedaremos sin agua, carbón, minerales, plantas, petróleo y todo lo que se necesite para generar más energía en el mundo. ¡Ah, sí!... Y a propósito de Diosito, cómo seremos de estúpidos e ignorantes hasta con todas las religiones y creencias que practicamos, creo que en ese tema nunca nos pondremos de acuerdo cuando en verdad el único principio y dogma es que existe sólo un Dios para todos y punto.”

“¡Interesante! ¿O sea, usted cree que toda la crisis se debe más a un problema de insatisfacción y de exceso en el consumo?... ¿Y qué nos podría decir de Barack Obama, cree que él nos podría salvar?”

“Vayamos mejor por partes. Antes de decirle algo sobre ése negrito buena gente yes we can y con orejas de Dumbo, le responderé una vez más lo que ya le había mencionado anteriormente: Sí. Claro que el problema se debe principalmente a la insatisfacción y exceso, diría casi compulsivo en el consumo y nada más. A mí no me van a meter el cuento de que la crisis económica, financiera, o como quieran llamarla, proviene sólo de los Estados Unidos o se debe a los altos precios de las materias primas, la inflación, crisis crediticia, inmobiliaria, hipotecaria o desconfianza en los mercados. ¡Pamplinas! Esas son más que historias de los economistas pagados por las empresas, para que los omnipotentes de arriba reciban aún más dinero subvencionado por el papá Estado. Eso es todo. ¡Increíble!... Sólo cinco billones, sí... así como lo escucha, CINCO BILLONES de dólares es lo que necesitarían bombear todos los países en el mercado financiero mundial, como para frenar siquiera en algo toda esa ola de insolvencias y bancarrotas. Y mire, ¿qué coincidencia, no?... Justamente los países industrializados que más tienen, son los que más lloran. ¿Por qué será, no? Por ejemplo, aquí en Alemania, una poderosa empresa transnacional cuyo nombre prefiero no decir porque sino me cortan los huevos, después de haber recibido una sustanciosa ayuda financiera por parte del Estado, ¿qué es lo que hace?... En vez de utilizar la subvención para pagar primero a su personal y así salvar su existencia, lo que hacen estos conchasumadres es repartirse primero entre los accionistas los jugosos dividendos, ah, sí... y los pagos de las bonificaciones de seis cifras para el manager son manejados encima en otras cuentas separadas; aducen además cretinamente que el año pasado los estados financieros han arrojado desgraciadamente una ligera pérdida de dos puntos. ¡Si serán conchudos! Y como en todas partes también se cuecen habas, lo mismo sucede en los otros países con los bancos y las inmobiliarias.
Y bueno, ahora sí en lo que respecta a Barack Obama, ¿no cree acaso que es demasiado prematuro como para estar hablando ahora algo sobre ese Cristo Morado?... ¿O cree que sólo porque es negrito (perdón, en verdad café con leche porque su madre es blanca de Kansas) con cara de Fray Martín de Porras y habla bonito, salvará a Estados Unidos y al Mundo entero de esta situación? ¡Absurdo, totalmente absurdo! Lo único que le podría decir de él, y ojo no lo digo yo sino su mujer Michelle que tampoco tiene pelos en la lengua, que cuando se levanta en las mañanas le apesta tremendamente la boca a chivo; sino, obsérvelo nomás en sus discursos como cierra la boca y pasa saliva, seguro que para disimular esa hedionda pestilencia suya; ha contado también su mujer que cuando se va de la casa para asistir a sus reuniones, casi siempre deja también el inodoro desbordado y las toallas en el piso. Así que, por favor, tan perfecto creo que no es.”


“Muchos autores consideran que no se trata de una verdadera crisis, dado que el término crisis carece de definición técnica precisa y que más bien está vinculada a una profunda recesión; es más, algunos hasta dicen que podría finalizar también el año 2010... ¿Qué nos podría decir al respecto?”




“Sabe qué señor, poco a poco usted ya me está sacando de las casillas. ¿O quiere que le vomite esta vez sí en la cara? ¿Cómo quiere que se lo explique?... A ver, usted nomás como director de este distinguido diario y con esa pinta de pituco bien vestido y bisoñé seguro que también elaborado con pelo procesado de uno a quién le han rapado la cabeza en la India, bien que lo he visto también manejar varias veces con dos carros distintos. ¿Seguro que la limusina Mercedes E 200 CDI de seis metros de largo y lunas polarizadas esa que tiene es de la firma, y el otro, el italiano ese descapotable con llantas anchas, apuesto que lo utiliza solamente para salir a pasear los domingos con su ternito blanco y su buen puro Montecristo en la boca? ¿O qué me va a decir de esos dos mil quinientos Euros que recibió del Estado a cambio de cambiar el Renault viejo de su mujer y comprarle una linda carroza VW Phaeton 4.2 V8 de dos toneladas? Ya ve... eso es para mí la única crisis, así que, por favor, no me insinúe cosas como que la crisis no es crisis y de que más bien se trata de una recesión; no me pida tampoco que empiece ahora a pedirle milagros al Fray Obama, Mandinga o a Pichinga. Yo sé que aquí en Alemania, por ejemplo, prefieren mil veces apoyar a la industria automotriz en vez de ayudar a las familias necesitadas para que puedan alimentar dignamente a sus hijos. ¡Para qué pues tanto alarde y pompa! ¡Hoy ya no se construyen edificios sino rascacielos, señor!... ¿No sé si me entiende la metáfora? O si se abre un McDonald en una esquina, inmediatamente aparece al frente y a cincuenta metros otra tanda de fast food’s como Bembos, Pizza Hut, Burger King, y cosas por el estilo. Las Firmas, o mejor dicho los grandes consorcios automotores, farmacéuticos, de energía, grupos financieros, industria alimenticia, metal mecánicas, compañías inmobiliarias y aseguradoras, se amparan con la maldita globalización esa para expandirse cada vez más como ratas, invadiendo terrenos ajenos, la naturaleza, fauna y flora, y explotando personal, sólo para empacharnos con más y más de sus productos. Es lógico, pues, que todo este globo flatulento explote y que nosotros, los únicos imbéciles y principales actores en este escenario, terminemos todos indigestos y abombados, tirándonos pedos entre nosotros de tantos extraños productos que consumimos.”

Al director del diario, lógicamente muy indignado y acalorado por las insolencias de su interlocutor, se le pone la cara roja como tomate y justo cuando pretende ventilarle la última pregunta, se le deslizan unas cuantas gotas de sudor que resbalan a ambos lados del bisoñé y le caen encima de la frente.

“¡Pero... por favor, profesor Flujanz!... ¿Por qué no guarda un poco más de respeto? Además, antes de terminar y plantearnos su solución, quisiera que también retirara todo lo que ha mencionado sobre mi persona.”



Flujanz, ya prácticamente zampado de tantas botellitas que se ha tomado, se para tambaleándose, mete los envases vacíos en su bolsillo, se acomoda la gorra y antes de retirase agrega:

“¿Que le retire?… ¿Qué cosa quiere que le retire si yo mismo estoy también metido en la mermelada? Ah, sí, y por favor, no me llame profesor que me parece huachafo. Más bien le sugiero, señor director, y con todo el respeto que le tengo, que mejor use ese bisoñé como felpudo ya que se le está churreteando hacia un lado. Y bueno, ya que usted me pide una solución, la única que le podría dar es que mejor cambiemos todos de actitud. Sí, eso es, cambiar de actitud, a ver si un día se nos ocurre ser también más humildes, pero en todo... ¿O es que acaso no ha escuchado hablar de que no hay persona pobre con una vida espiritual rica?”

Pasaron como diez años desde esa entrevista y Flujanz, como era de esperar, renunció a todo hasta a su mujer, para irse a vivir calato a una isla casi deshabitada en Polinesia y compartir con los nativos perdón, creo que más con las nativas exóticas y bien despachadas, como le gustan a él, todas las bellas bondades que sólo le puede brindar la naturaleza.


Publica Flujanz

7 comments:

Anonymous said...

Me gusto mucho este articulo, lo he disfrutado y estoy de acuerdo en muchos puntos de vista del SR. FLUJANZ sobre el tema de la crisis, hay una mascara delante de la verdad que no ve el que no quiere.
gracias por enviarme este articulo, me rei mucho y creo que esas botellitas deben de tener algo de magico!!!
que pasen una buena semana,
Nellinchi

Anonymous said...

Freddy,

No se si te acuerdas de mi, creo que nos conocimos en la playa Santa Maria en el verano (los setenta) soy amigo de Andres Duany, Esteban Gajate y Cali Staixner. Me acuerdo que eras también un buen nadador olimpico! Aprecio también mucho tus e-mails...

David G.

Anonymous said...

Oye, hermano, yo creo que ese porro debe haber estado pero buenazo!!!

Saludos pues, Flujaaaaaaanz


Stone

Anonymous said...

...Ay,lo mismo digo yo. Me encanta como expone Frederic siempre sus temas. Muy directo y sin pelos en la lengua. Hay tanta mierda en este mundo!!!!!!

Besos, Thalia

Anonymous said...

Freddy,

No se si te acuerdas de mi, creo que nos conocimos en la playa Santa Maria en el verano (los setenta) soy amigo de Andres Duany, Esteban Gajate y Cali Staixner. Me acuerdo que eras también un muy buen nadador olimpico!

David.G

Anonymous said...

Hola Freddy:

Anoche por fin lei esta parte de tu blog. Eres para variar un mordaz y loco. Ja,ja Pero tienes razon, el mundo se ha vuelto tan materialista que creo que necesitaba una buena zacudida!. Sera como el equivalente a las lluvias durante el arca de Noe. Hace pensar ah!.

Un lindo fin de semana mi querido amiguito, desde un Tokyo lluvioso y neblinoso,

Lucia

Anonymous said...

Profesor Flujanz, Frederic o como se llame, su entrevista ha sido muy directa y aleccionadora, sólo que se maneja usted una verborrea, Dios me libre!!!!!.... Que seguro no cree pero ni en su propia sombra. De toda maneras, siga usted nomas adelante, instruyendonos con sus ocurrencias. Como siempre, muy buenas, desde luego!!!!

saludos,
Doctor