Queridos lectores, respondiendo a una inquietud de uno de mis suscritos acerca del origen de los huevos de chocolate de Pascua (en alemán, Ostern), la única razón viable que veo por la que en Alemania les guste, al menos por esas fechas, empacharse siempre con ese dulce hecho sobre la base de chocolate y artísticamente moldeado en forma de huevo, es porque de repente o a lo mejor, uno nunca sabe, por ese gran amor casi paternal que tienen por los animales, en muchos casos, más que hasta a sus propios hijos, su conciencia les obliga a considerar como símbolo festivo (al menos por esos cuatro días sagrados de penitencia y meditación profunda, y, ¿por qué no?, talvez por obra y milagro de Bonifatius, el apóstol de los alemanes), al Oryctolagus cuniculus, comúnmente llamado conejo y ponedor también (curiosamente) de huevos de chocolate. Lo malo, y esto desgraciadamente no lo saben muchos: es que este dulce hecho principalmente de cacaa, cacau, este, digo cacao (disculpen, es que acabo de tener un conflicto cacofónico con la cuarta vocal y decimoctava letra del abecedario), ¡maldita sea!... sí que ajusta los intestinos y saca granos hasta en el culo.
Felices Pascuas,
Felices Pascuas,
Flujanz
1 comment:
Freddy el chocolate es el despertador de los sentidos, idolatrado por los mayas, escondido en los cajones para no compartir con nadie, negocio de Willy Tonka, que mas!!!...si es con pasas o nueces mejor, si es de la Iberica o Lintz o After Eigth alli no mas me quedo!!!!
chauuuu,
Patricia
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