
El día era soleado y claro, muy propicio para hacer unas buenas tomas fotográficas. Fue así como a nuestro apasionado fotógrafo, Flujanz, no se le ocurrió mejor cosa que sentarse en una de las gradas de esa larga escalera de cemento que sube a la Brühlsche Terrasse –un lugar muy pintoresco en Dresden y de gran afluencia turística-, para esperar nomás el motivo apropiado.
No habían pasado ni cinco minutos y al frente suyo, o mejor dicho seis escalones más abajo, se había acomodado una pareja de jóvenes enamorados que miraban también con sumo interés esa linda plazuela alemana al estilo barroco, ubicada más abajo. A la mujer –algo adiposa y bien despachada de contextura-, más bien se le notaba que no tenía ningún gusto para vestirse: un polo de franela marrón de manga larga con capucha tan apretado, que la mujer parecía una inmensa esponja fofa envuelta en celofán y un pantalón negro de lycra que no le llegaba a cubrir ni la tercera parte de la cintura; con el agregado de que también le colgaban al aire parte de sus obscenas nalgas, reincluso se alcanzaba a ver hasta la raya del trasero y un calzón tipo hilo dental tan diminuto que cualquiera pensaría que no llevaba nada puesto.
“¡Dios mío, que tal metazoario!”, fue lo primero que pensó Flujanz, mientras contemplaba antropomórficamente a la mujer. Sí, así es él, cada vez que ve rarezas como esas se imagina otras cosas. “Bueno, bueno... y yo que quería contemplar ahora la naturaleza desde otro ángulo”, se dijo aturdido.
Flujanz, digamos que no necesariamente excitado pero sí muy concentrado por esa figura que ahora se le había aparecido, sacó su pequeña cámara digital ultra rápida de bolsillo y comenzó a visualizar mejor a esa mujer que tenía como objetivo.
“Perfecto, así, así... Y yo que pensé que la mayoría de estas especies pluricelulares habitaban solamente en el mar”, se decía él mismo y aumentó el zoom del lente para verla mejor. “Mira, tú, ¡qué interesante!... Y todavía presenta una abertura que más parece la raya de un culo. ¿Será acaso su boca? ¿de qué se alimentará? Qué raro, si en el caso fuese así: un metazoario perteneciente a la familia de los Hippospongias, ¿por qué rayos entonces tiene esa forma de pan francés tan definida?” Se preguntaba, inquieto, graduando siempre el lente hacia su objetivo. En ese momento, por lo tremendamente concentrado en que se encontraba, se había hasta olvidado de que la mujer se hallaba también acompañada.
Flujanz, había apretado el botoncito de la cámara como cincuenta veces pero igual sentía la imperiosa necesidad de descifrar más de cerca el gran misterio de esa curiosa abertura de casi diez centímetros de largo y uno de ancho, que presentaba la mujer abajo en el trasero. Así que, perfeccionista como era, bajó dos escalones más y se echo horizontalmente sobre la grada, estirando bien las piernas y apoyando la cabeza con el antebrazo izquierdo doblado, tal como si se asoleara todo orondo al borde de una piscina, para vislumbrar mejor su objetivo.
“Listo, ahora sí creo haber descubierto qué cosa es...”, hablaba solo; intuitivamente se agarraba también la bragueta del pantalón. “¡Un culo!... Sí, eso es, lo sabía: el culo de una inmensa Spongia officinalis” Observaba también su tronco amorfo, lleno de bultos adiposos. “¡Ajá, interesante!... Aún no estoy muy seguro, pero como sé que se trata de un molusco celomado protóstomo, seguro que tendrá por ahí también cavidades tapizadas por células flagelíferas sorprendentemente desarrolladas. Apuesto que si le separamos un poquito más esa grieta lisa que tiene abajo, introduciéndole algo carnoso entre esas dos masas gelatinosas vibrátiles, a lo mejor me toparía también con un orificio peludo que chupe y expele con maña las substancias y otros cuerpos vivos.”
Flujanz, curioso por querer comprobar su hipótesis, se acercó sigilosamente más donde ella, mojó con saliva el dedo más largo de su mano, y, ¡suass! ... se lo ensartó completo como arpón en el culo.
Seguidamente, lo único que alcanzó a escuchar el pobre Flujanz, fue en un destemplado grito de mujer digno de un baladro de jabalí que sufre hambre, diagnóstico que terminó con la intervención inmediata del compañero de ella –un fornido campeón nacional de fútbol americano-, quien tuvo también la patriótica decisión de apalearlo hasta dejarlo inconsciente y luego arrastrarlo de cara pegada al suelo hasta la prefectura.
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FlujanzPor
© Frederic Luján------------------------------------------------------------------
Por cortesía del Centro de Unión Latina de Orificios Sucios (C.U.L.O.S.) que el Dr. Flujanz también tan distinguidamente preside, a continuación le adjuntamos dos interesantes muestras científico-antropomórficas sobre la influencia que tienen los movimientos de esa gran masa esponjosa, dividida por dos cuerpos gelatinosos equidistantes, llamado también cucu, en la sicología del hombre:
5 comments:
A ver, a ver!!!!... Explícame un poco más cómo es eso lo de los "Metazoarios"... ¿No se tratan acaso de esas esponjas marinas? ¿Si gustas, yo también tengo en casa algunas,además, claro de pulpos?
Muy buena, me ha gustado mucho, sigue escribiendo
Tu complice,
Stone
Es usted a veces un asqueroso y vulgar, pero, ¿sabe qué?... igual me entretengo mucho. ¿Por qué no intenta escribir también libretos para el cine?
Saludos,
P.M.
Brühlsche Terrasse???? Claro que la conozco, pero si yo estuve también por ahí, solamente que no vestida así, como esa mujer. ¡Ay, por Dios, qué horror!... :) :)
Thalia
MUY INTERESANTE TU PROPUESTA LITERARIA...!!! MUY INGENIOSA!!
NO SABÍA QUE TENÍAS ESA HABILIDAD DE ESCRITOR....!!! SIGUE ASÍ, VOY A SEGUIR LEYENDO LAS AVENTURAS DE "FLUJANZ" , DE VERAS ES DIVERTIDO!
CARIÑOS,
PATTY
Totalmente acorde a la idiosincracia de Flujanz... bien armada la historia donde el perfil de nuestro personaje queda una vez resaltado y re-afirmado... Flujanz es lo que puede ser y no piensa siquiera en ser otro…bravo por eso, es un logro tuyo trabajar siempre una característica más de un todo que nos muestra una manera distinta de ver las cosas... vaya ángulo que eligió esta vez Flujanz!!
P.Miranda & R.Vider
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